Como la autora Nancy Lublin, yo tampoco puedo criticar mucho porque lo practico bastante. Para las activistas (analógicas) la tendencia de verlo como activismo “lite” es normal pero quizás un poco miope. Lublin, argumenta que los resultados de algunas campañas como la recaudación de fondos para Haiti a través de los SMS muestran que el ciber-activismo importa.

Pero quiero añadir otra razón porque importa: sirve como punto de entrada para gente que normalmente no implicarían en estas causas. Explico en un análisis en la Revista Politics de Abril que los blogs políticos atraen lectores polarizados. Eso, en combinación con contenidos que puede causar indignación en esos lectores y la oferta de actuar sobre esta indignación en el mismo momento (firma este petición, mándalo a tus amigos, etc.) Satisfacción inmediata.

El término tiene su gracia pero también conlleva una lección para las organizaciones que buscan apoyo. Las personas que actúan a través de un clic representan un colectivo de gente ya interesada en la causa y dispuesta a hacer algo. El reto para la organización es seguir la conversación con estas ciber-activistas, animándoles con nuevas oportunidades de actuar y la formación para hacerlo con el fin de convertirles en activistas.