Dinero y el Dilema de los Demócratas

Dinero y el Dilema de los Demócratas

La menos mediática de las decisiones del Tribunal Supremo de EE.UU. la semana pasada, fue una contra del estado de Montana, que luchaba por un ley que lleva un siglo en vigor que protege su sistema política de la corrupción de dinero de empresas. Desde el punto de vista del Tribunal Supremo, esta ley contradice su decisión de “Citizens United” de enero de 2010, y al final no escuchaba nuevos argumentos, sino revertió la decisión del Tribunal Supremo de Montana que había apoyado la ley.

La idea central detrás la decisión de Citizens United es de “corporate personhood” o sea, que los empresas y sindicatos tienen el mismo derecho a la libertad de expresión que las personas. No es una  idea nueva en EE.UU.: la enmienda decimocuarta de la constitución que garantizó los derechos de todos los ciudadanos estadounidenses, incluso los Africanos-Americanos, fue una herramienta para avanzar los intereses de las empresas. Entre 1890 y 1910, 19 casos del Tribunal Supremo trataba con los Africanos-Americanos y 288 con corporaciones. Al final, el concepto de corporaciones como personas fue generalmente aceptado por el tribunal.

Aunque antes de la decisión de Citizens United había barreras entre el dinero de corporativo y las campañas políticas, durante los últimos 30-40 años, ha aumentado la necesidad del dinero corporativo en las campañas políticas con el crecimiento del coste de las campañas, sobre todo los anuncios en la televisión. Mientras tanto, había un movimiento de desregulación financiera y la caída del acto de Glass-Steagall en 1999, al final del segundo mandato de Bill Clinton, que formó parte del Acto de Bancos de 1933, quitó la limitación de actividades de valores de las bancas comerciales y asociaciones entre bancos comerciales y sociedades de valores. O sea, dejo que los bancos Estadounidenses pudieron arriesgar dinero garantizado por el seguro publico (FDIC) sin limite.

Entonces, Citizens United fue un resultado definitivo de una lucha para acabar con las regulaciones financieros y consolidar el poder político en las manos de las intereses financieros. Otro resultado de Citizens United fue el asenso rápido de los “Super-PACs” que marcaron las elecciones de 2010 y ya están teniendo protagonismo en 2012. El sistema actual de financiación de las campañas en que los intereses con más dinero pueden gastarlo en comunicación electoral sin limite y muchas veces sin transparencia, deja pocas posibilidades para campañas financiados por ciudadanos del clase medio, ni el clase medio-alto.

El dilema del Partido Demócrata es que el argumento más fiel a los valores del partido será una critica rotunda de la forma de que la empresa de capital privado de Mitt Romney, Bain Capital, gana sus beneficios enormes. Pero necesita los fondos privados que provienen de las mismas firmas de capital privado para financiar sus campañas y ganar las elecciones. 

El problema es sistemática, que lleva años en su fabricación. Tanto los Demócratas como los Republicanos tienen la necesidad de financiar sus campañas y es imposible hacerlo sin dinero de Wall Street. Pero los Republicanos tienen una relación de plena amor con Wall Street mientras para los Demócratas es más amor y odio.

Cory Booker, Alcalde de Newark y sustituto de Obama, denunciaba en el programa Meet the Press, el tono negativo de la campaña presidencial en Mayo diciendo: “Este tipo de cosa es nauseabunda para el público estadounidense. Basta ya. Dejen de atacar el patrimonio privado. Dejen de atacar a Jeremiah Wright”. Booker recibe mucho dinero de Wall Street, como otros Demócratas que guardaron su silencio tras otras criticas de Obama. En una rueda de prensa durante la cumbre de OTAN en Chicago, Obama pronuncio unas palabras muy equilibrados y cuidadosas sobre Booker, Bain el capital privado y los trabajadores. Ha decepcionado la izquierda del partido con una política económica hecho por ex-lideres de Wall Street y más favorables a ellos que al clase medio y a pesar de eso, Jaime Dimon, CEO de JPMorgan Chase declaraba en Meet the Press en Mayo que ahora es “apenas un Demócrata”.

La semana pasada salieron los datos del dinero recaudado de las campañas y partidos: Romney y los Republicanos $76 millones contra $60 millones de Obama y los Demócratas. Hay proyecciones que los “Super-PACs” Republicanos llegaran a recaudar un mil millones de dolares en este campaña que podría ser el primero en que el la oposición gasta más que el presidente actual. La campaña de Obama sigue renunciando el dinero de los lobbies, pero tenia que aceptar la presencia de un Super PAC y los lobbies pueden contribuir a través de ellos. Se puede ganar una campaña política con menos dinero de la oposición, pero no es nada fácil.

El dinero en la política estadounidense es problema más importante que enfrenta nuestra democracia y, por ser el país más poderoso del mundo, es un problema de todos.

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