Es lo que acaban de hacer mi hermano y su novia. Me explica que introduce demasiada confusión en su relación además de la gente metiéndose en sus vidas personales. No me extraña porque él y yo hemos tenido varias conversiones sobre el tema. Tampoco me extraña que se sientan librados por haber borrado sus perfiles (auque les echaré de menos).

Últimamente los dospuntoceristas celebran cada noticia sobre el éxito e importancia creciente de las redes sociales. Y es así—una forma de comunicar muy poderosa que va cambiando nuestras vidas. ¿Pero este cambio es completamente por lo mejor?

Me temo que no. Aparte de lo de estar en contacto con todos tus ex a través de Facebook, hay otros amenazas a la tranquilidad de las parejas como gente desconocido que cuelgan comentarios coquetas hasta unos completamente engañosos. Podemos ser las personas más seguras de nuestros mismos del mundo, pero tener una pareja famosa por las redes sociales con todos los amigos, seguidores, etc. es una prueba de fuego. Y el otro lado de suportar los contactos coquetas de tu pareja son los comentaristas toxicas que en algunos caso incluye amenazas a su vida.

No es nada sano saber cada movimiento de tu pareja a través Twitter, Facebook, etc. Hace 10 años uno iba a su trabajo y el otro al suyo y salvo un e-mail o llamada no estábamos encima de cada detalle. A pesar de creer mucho en la importancia de comunicación entre parejas, creo que esos niveles de información nos dejan abierto a más confusión y malentendidos y entonces, más discusiones. Hay estadísticas que muestran que las redes sociales están causando divorcios—vale, las redes sociales no los causen sino las personas—pero, creo que nos hace falta espacios íntimos en nuestras vidas que son libre de la reexaminación de los demás. Además de destrozar intimidad, se siente fatal enterarse de algo de tu pareja a través de los redes sociales.

Y al final, el tiempo. ¿Cuanto tiempo estamos perdiendo en nuestras vidas 2.0 a coste de nuestras vidas reales? Ayer, un cliente me comento muy sinceramente que los que no saben nada de la vida 2.0 tienen mucha suerte. Yo creo que merece la pena reflexionar en la cantidad de tiempo que pasamos en esos canales y si podríamos utilizarlo de forma mejor—como en todo, hay que encontrar equilibrio.

Yo disfruto mucho de mi vida social online pero también tengo que reconocer que también me ha causado mucho dolor. Mi dilema sigue siendo como manejarlo y seguir disfrutando de las ventajes profesionales que me ofrecen. Me gustan algunos ideas del blog excelente Zen Habits y pienso experimentar hasta que consigo una formula y me hace sentir cómoda.

¿Tienes sugerencias e ideas para compaginar tu vida de pareja con tu vida 2.0?