Sin duda estamos viviendo unos tiempos muy difíciles, sobre todo los que están en paro. Lo que me destaca de lo que leo y la gente que conozco en paro es que se sienten desconectados de la sociedad por no contribuir como trabajador. Eso—la necesidad de levantarse cada día e ir a hacer su parte en el mundo, es lo que resulta más difícil que el perdido del sueldo.

Siempre he tenido la percepción de los sindicatos españoles como actores políticos mucho más poderosos que sus homólogos Americanos. Los sindicales Americanos—a pesar de estar desapareciendo, forman parte del base de votantes del Partido Demócrata que defiende los trabajadores del clase medio, pero hay que reconocer que solamente 12.5% de los trabajadores Americanos son afiliados con un sindical. Personalmente, nunca he sido porque trabajaba en puestos directivos en ONGs, algo que no tiene sindical. Aquí en España tienen mucho más protagonismo a pesar de representar 17% de los trabajadores Españoles.

Las huelgas son una forma de comunicación y partición político que tienen un lugar importante en cualquier Democracia. El derecho de organizar y afiliar es un derecho básico. Lo que me temo, es que la huelga general en España hoy no tiene un objetivo claro y, peor, distrae y confunde a los ciudadanos. Mientras 70% de los 17% de los sindicalistas hacen huelga, los que están afortunados de tener trabajo han tenido que enfrentar un día aun más difícil hoy, sobre todo por la falta de transporte público. Entonces, lo que ha creado esta huelga es una división de la clase media entre sindicalistas y no-sindicalistas y eso es un error.

En un análisis muy completa en The Slate, Timothy Noah nota la ignorancia crónica en EEUU sobre las disparidades en riqueza. El 1% más rico de EEUU recibe 24% de todos los ingresos y este mismo 1% tiene 35% del valor neto del país. Aun peor, el top 20% tiene 85% de la riqueza.

Un amigo intimo e influyente en mi vida siempre dice que “El problema no es el capitalismo sino los capitalistas.” Mí vista de democracia es uno de intereses: cada uno tiene el suyo y su deber es juntar con otros con intereses y valores en común y defenderlos. Eso puede ser a través de partidos políticos, ONGs, sindicales, empresas, industrias, etc. Las empresas son los motores de la economía, nos emplean y nos aporta servicios e innovaciones. Claro que tiene intereses que deben defender y eso es su papel en la sociedad. Las empresas existen para ganar dinero.

El problema es la avaricia individual y estructural. De nivel individual, es algo que cada uno tiene que examinar en si mismo y buscar respuestas personales. Pero la avaricia estructural es un asunto de todos. La macroeconomía es un asunto tan grande que la mayoría de nosotros no llegamos a entenderlo, de hecho vamos huyendo del tema. Tenemos empresas “demasiados grandes para fracasar” no solamente en EEUU sino en España también. Los multinacionales sus presidentes y inversores multi-millonarios siempre quieren mas y mas—eso es tal y como ha crecido la economía interconectado global. Los gobiernos son supuestamente elegidos para representar los ciudadanos pero por razones estructurales, dependen mucho del dinero y poder de los lideres de los multinacionales que les obligan gobernar a favor de sus intereses. No culpo los multinacionales por eso—simplemente están actuando por su propio interés dentro (y a veces fuera) del marco de la ley. En EEUU, la raíz del problema es la financiación electoral privada y la decisión este año del corte suprema que reconocía el derecho de libertad de expresión política de las empresas, resultando en el derecho sin límites de financiar comunicaciones electorales. Es un enorme golpe a la democracia. No culpo los políticos: es su interés ser elegidos y re-elegidos dentro (y a veces fuera) del marco de la ley.

Aunque puedo dar más ejemplos de mi país no significa que España no tiene sus problemas con la influencia de dinero en la política y aquí me temo que la financiación privado es mas opaco.

Entonces, hay que luchar contra la avaricia estructural a pesar de que forme parte de los sistemas de gobiernos. Hay que luchar para mejorar la calidad de democracia en nuestros países. No es nada fácil y los que intentan darnos respuestas fáciles están mintiendo. Hay que exigir más que una huelga que divide la clase media.