Mientras un amigo y yo tomábamos una cerveza en San José, en un bar-blues que nos encanta, miré a la gente a mi alrededor y me sorprendí a mí misma diciéndole al camarero: "Esta es la auténtica Bahía de San Francisco". Lo decía por el contraste con los tipos que han venido para arruinar la zona al calor del multimillonario Silicon Valley. No había tomado tantas cervezas como para pretender hacer con ese comentario un análisis de ciencia política: sólo afloré un poco del populismo que todos llevamos dentro. En este caso, únicamente quería subrayar la diferencia que hay entre quienes crecimos en la Bahía de San Francisco y las élites de Silicon Valley que la han convertido en un lugar completamente diferente. (leer el artículo en El Español)