Cuando Donald Trump se aseguró la nominación por el Partido Republicano, después de las primarias de Indiana, hubo un estallido de alegría entre muchos demócratas y simpatizantes en todo el mundo. Pero esa gente comete un grave error. Trump no garantiza en absoluto que Hillary Clinton vaya a ganar con facilidad el próximo otoño. De hecho, es un rival muy problemático por una sencilla razón: es completamente imprevisible. (leer artículo en EsGlobal)