Hay muchas cosas en las que el presidente Donald Trump no es bueno: pensamiento profundo, estrategia, comprensión del propio funcionamiento del Gobierno que lidera… Pero aun quedándose corto en esas áreas, tales limitaciones no fueron óbice para que llegara a la Casa Blanca. Y eso tiene mucho que ver con su sexto sentido para marcar la agenda a los medios de comunicación, un talento que ha estado perfeccionando desde la década de los 80. (leer articulo en El Español)
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