"Era cuestión de tiempo que el matrimonio entre Donald Trump y el Partido Republicano se rompiera por el propio peso del amor a conveniencia. La relación ha sido como decimos en Estados Unidos un matrimonio de escopeta. Rápido y forzado. O quizá la metáfora más acertada para este hombre de negocios sea que hizo una adquisición hostil por el partido, una transacción que va camino de romperse. Se use la metáfora que se use hay que tener en cuenta que su campaña fue tanto en contra del establishment republicano como de Hillary Clinton y los demócratas." (leer artículo en El Español)