Aunque los “midterms” faltan el glamour de la campaña presidencial, no faltan luchas y grandes debates. Los debates son futbol para los fanáticos de la política y por desgracia el debate Senatorial de California entre la Senadora Demócrata Barbara Boxer y Republicana Carly Fiorina es probablemente lo más grande que vamos a ver en este otoño, y no solamente porque fue entre dos mujeres.
Creo que las campañas de California sirven mejor que las campañas nacionales para aprender y adaptar ideas porque es más parecido en tamaño a España geográficamente y de población y además es multilingüe y tiene un mercado de prensa fuerte. Algunos puntos de interés de este debate son…
Formato: una combinación de preguntas de tres periodistas y preguntas grabadas de ciudadanos con 90 segundos para contestar y otros 60 para la refutación. Eso aportaba un ritmo bien rápido y duró solamente una hora. Entre los periodistas una era del periódico en lengua española “La Opinión”, un reconocimiento de la importancia del voto hispano en California.
Framing: El juego de los Republicanos se convirtió en la fuerza de Boxer en este debate. Entre sus ataques contra el historial de Boxer en el Senado, Fiorina daba vueltas explicando sus posiciones pocas populares en California o peor, evitaba preguntas directas sobre sus posiciones. Boxer, un político con unas 27 años de experiencia, aprovechaba de eso para definir sus diferencias políticas en las temas mas desfavorables para Fiorina: el aborto, cambio climático y, sobre todo, lo de mandar trabajos a otros países y utilizaba términos como Wall Street Values. No solamente muestra la inexperiencia de Fiorina sino su necesidad de aprender de su gran amigo Karl Rove, el archirecto de las dos victorias de Bush y experto en el juego de framing.
Lengua corporal y humor: Fiorina reía famosamente del peinado de Boxer, pero su propio peinado perfecto, estatura alta y delgada combinado con un traje correcto y azul, transmitía una imagen visual muy frío. Todo eso más un estilo de comunicar muy serio sirvió para alejarle de su audiencia. Había muy pocos puntos de conectar con ella como persona y ninguno de ellos permitía una risa. En eso, Fiorina faltaba lecciones en los guiños famosos de su amiga Sarah Palin. Por el otro lado, Boxer, con un peinado menos perfecto y un traje con pantalones (como Hillary) disfrutaba del debate y reía varias veces. Es algo que nos volvía locos a los Democratas durante las campañas Bush-Gore y Bush-Kerry, la declaración “puedo verme tomando una cerveza con él” pero en entre esas dos mujeres esta claro quien sería mas divertido con una caña (o mejor una copa de vino Californiano).