Yo creo que su solidad (solamente le acompaña unas 12 activistas en vez de los manifestaciones multitudinarios de su pasado) es debido a como trata a la gente. Ella vino en Madrid en 2005 y estuve muy contenta de poder organizar una recepción de Democrats Abroad con ella y tenía muchas ganas de oir lo que tenía que decir sobre la guerra y formas de manifestarlo.

Encontré con ella y su gente en camino al sitio para preparar todo y como vinieron una hora antes, no había mucho mas que hacer que esperar los invitados. Pero estaba cansada y de mal humor. Mientras otros de su grupo tomaban algo que charlaban entre ellos y otros líderes de mi grupo, ella se quedo sola en una silla. Le acerque a ofrecerle algo de beber pero no quería nada—no había forma de hacerle sentir cómoda. Intenté hablarle de California—que los dos somos de allí y del trabajo de Democrats Abroad y nuestro punto de vista distinto pero vivir en el extranjero. Nada le interesaba y al final me quede a su lado aunque en silencio para no dejarla nuestra invitada especial sola.

Cuando por fin fue posible empezar el evento hablaban sus acompañantes—otros padres que habían perdido hijos en Irak y sus historias eran muy conmovedores y impactantes. Pero cuando hablo ella, fue…pues, nada más que una mujer enfadada con el mundo. Y así, no se puede construir un movimiento.