Soy una de las pocas analistas en España con experiencia liderando un partido durante una primaria y me siento una responsabilidad de compartir mis observaciones y conocimientos. Al empezar a escribir, me he dado cuenta de que (1) he escrito muy poco sobre este proceso y (2) hay mucho de contar. Entonces, este post es el primero de una serie sobre el tema con los siguientes partes:

1.      Primaria presidencial del partido Demócrata de 2008 (ese post)
2.      Sistemas de gobiernos y sus sistemas electorales
3.      El papel de los partidos políticos en las primarias
4.      Primarias y participación
5.      Quien gana y pierda en las primarias

Entiendo que la primaria más famosa de historia reciente ha sido la primaria del Partido Demócrata Americana de 2008 (el mismo que lideraba en España por Democrats Abroad, el brazo del partido en el extranjero) y está claro que no se puede comparar una primaria presidencial de EEUU con una primaria de una comunidad autónomo. Pero es mucho más importante entender que la primaria 2008 no es comparable con ninguna primaria Americana. De hecho, las primarias presenciales son más típicamente como la primaria del Partido Republicano de 2008 o la primara del Partido Demócrata de 2004: un ejercicio en elegir el menos mal de los candidatos.

En 2008 el partido Demócrata gozaba de un grupo excepcional de candidatos lideraba por Hillary Clinton, Barack Obama y John Edwards. Entre ellos, la primera mujer con posibilidades de llegar a la presencia y el primero hombre Africano-Americano. A lo largo del proceso—que empezó el 3 de enero de 2007 y término del 3 de Junio de 2008–había unos 26 debates y casi 500 millones de dólares captados.

Además de tener dos candidatos excepcionales, era el primer primaria competitiva del Partido Demócrata desde 1992 y aun más emocionante por el descontento general con el Presidente Bush y su guerra en Iraq. Había también algunas diferencias estructurales del proceso: una calendario comprimido y algunas estados con primarias abiertas (es decir, no fue obligatorio ser registrado en el partido para votar en su primaria).

Sin esos factores, las primarias suelen ser seguidos por gente (como yo) fanática por la política y poco más. Participación en Super Tuesday de 2008 bato el record previo de 25.8% en 1972 con 27% de cuídanos aptos para votar, algo que dice mucho sobre la participación normal en las primarias. Todo este interés por una batalla entre dos candidatos magníficos resultaba en más participación y más prensa pero también en un proceso mucho mas largo que lo normal y divisivo y doloroso dentro del partido. Eso es la ironía de las primarias: si es una campaña tranquila, no es interesante para la prensa y entonces, menos emoción y participación de los ciudadanos—hace falta una batalla grande completa con palabras fuertes e insultos.

En el próximo post voy a explicar como el sistema de gobierno impacta los sistemas electorales, los candidatos y la cultura de participación.