¿Cuantas veces paso esto? Es el cumpleaños del presidente de mi país y el cumpleaños del presidente de mi país adoptivo. Un gran día. Hace pocos días salieron dos artículos de una entrevista del Presidente Zapatero con el New York Times y me llamó atención algo que dijo: “La cuestión no es qué puede hacer Obama para nosotros, sino qué podemos hacer nosotros por Obama.” Esa frase me dio que pensar en la misma forma de que las traducciones de las palabras del Presidente Obama sobre Zapatero en el primer encuentro publico entre los dos me produjeron.

Ellos mismos como presidentes y jefes de estado/gobierno son símbolos de sus países. Países oficialmente aliados. No importa si se llevan bien o mal o si acaban siendo amigos íntimos, ellos tienen sus cargos y sus deberes y son los de representar sus países y sus intereses. Punto. En eso momento tan esperado hace meses cuando Obama, pensando que había terminado el encuentro y estaba a punto de ir y la prensa no le dejaron seguir su camino y tuvo que atenderlos, pronuncio unas palabras diplomáticas y educadas: “Estoy contento de llamarle un amigo”. Luego eses palabras fueron sacadas de contexto e interpretadas en una señal de amistad personal y especial entre los dos.

“Estoy contento de poder llamarle amigo mío” es una manera de hablar. Es triste que de esta atención especial fijada en esas palabras los periodistas se olvidaron del piropo que Obama había dicho a España: “España es un país con una influencia enorme en el mundo.” Eso era lo importante y no la anécdota de pura educación sobre la amistad entre uno y otro presidente. Roza lo ridículo.

Entonces, ¿Por qué tenemos esa necesidad de proyectar una relación intima entre nuestros líderes?  No es nada nuevo. Reconozco que me había producido bastante rechazo la relación tan especial entre el Presidente Bush y Presidente Aznar. Una relación tan amistosa que Aznar entró en una guerra con mi país en contra de los deseos de 90% de la población Español. Debo aclarar que vengo del pais donde mandan mucho los sondeos de opinión público y hasta hoy en día no dejo de  sorprenderme por eso. Mi sorpresa tiene explicación en el sistema parlamentario aquí combinado con la posibilidad de tener una mayoría absoluta. Eso no puede pasar en EEUU porque el presidente ni controla los votos de los congresistas de su propio partido.

La relación tan amistosa entre Bush y Aznar por supuesto acerco los dos países en algunos aspectos pero también resultó en acciones por parte de Aznar que no fueron apoyados por el pueblo Español. ¿Deben tener las relaciones diplomáticas mas que ver con dos personalidades que los intereses de dos países?  A pesar de sus diferencias ideológicas, Aznar no tenia malas relaciones con Bill Clinton y George Bush padre tenia bastante buenas relaciones con Felipe González. Las “malas relaciones” empezaron con la retirada de las tropas españoles de Irak por Zapatero cumpliendo su promesa electoral y, por cierto, respondiendo a los deseos del pueblo español. Esta falta de amistad tenía más que ver con la retirada de tropas que la diferencia ideológica abismal entre ellos. A pesar de esas malas relaciones entre los dos presidentes, relaciones a todos niveles y sectores entre EEUU y España crecieron durante esos años.

Los datos del crecimiento de los negocios y las relaciones diplomáticas entre EEUU y España durante los años 2004 – 2008 nos indica que la amistad o no entre los presidentes se trata de algo muy simbólico. En realidad todas las relaciones de todos los niveles entre España y EEUU tienen una importancia enorme porque construyen una red de amistades que sirven para romper los estereotipos y empezar un entendimiento mucho mas profundo entre los dos países.  Eso para mi es el gran reto de este mismo blog y mis otras actividades profesionales. Somos todos representantes de nuestros países y culturas todos los días y deberíamos empezar a ver los presidentes por lo que son: líderes representando los intereses políticos de nuestros países.

Entonces, en vez de ver Barack Obama dando la mano a José Luis Rodriguez Zapatero, tanto ellos como cada uno de nosotros deberíamos visualizar  dos países acercándose. La cuestión no es qué puede hacer Obama por España ni qué podemos hacer nosotros por Obama sino como puede España y EEUU colaborar y seguir desarrollando una amistad fructífera.

Por cierto, ¡Feliz cumpleaños Obama y Zapatero!