Se puede discutir los meritos de un sistema de gobierno Presidencial como lo del EE.UU., pero no se puede decir que es aburrido. Los partidos Americanos tienen menos control que sus homólogos Españoles sobre quien pueden ser candidatos y como y cuando lo anuncian. Es mucho más caótico y en la ausencia de candidatos oficiales, los analistas y la prensa van creándoles, aunque sean pocos creíbles.

En las ultimas semanas, más que una persona me ha expresado su sorpresa por el posible candidatura de “The Donald” Trump. Primero, hay que destacar posible porque ni ha hecho el primer paso que normalmente es formar un comité de explorar la posibilidad. En mi opinión, Trump esta dejando flotar este rumor mientras disfruta con tanta publicidad gratuita sin ninguna intención de presentarse como candidato luego. Y si hay algo que sabemos bien de Trump, él es lo que llamamos un “media whore” (puta de la prensa) —es adicto a la atención de los medios.

Pero, ¡las encuestas! ¿Qué pasa con estas encuestas que le tienen encima de los candidatos serios? me preguntas. Si, en estas fechas a pesar de no tener candidatos oficiales, no podemos resistir medir las posibilidades. Las encuestas ganen en relevancia mientras acercamos al día de la elección e incluso las primeras encuestas de verdaderos candidatos no cuentan para mucho. De hecho, como Jon Stewart ha mostrado en su programa esta semana, los ganadores de las primeras encuestas no suelen ganar al final. Y según a Stewart, la prensa tiene la culpa por esas encuestas por darle tanta atención. El ejemplo mas reciente es 2007 cuando Rudy Giuliani y Hilary Clinton encabezaron las encuestas.