La primera vez que escribí sobre Rusia y las elecciones en Estados Unidos, desde la Convención Nacional Demócrata, en julio de 2016, el gran interrogante era si los rusos estaban intentando o no influir en las elecciones. Desde entonces, hemos visto el resultado que tuvieron esas elecciones en noviembre y los 10 primeros meses de presidencia de Trump, llenos de dimisiones, despidos, el nombramiento del Fiscal especial Robert Mueller para investigar la cuestión y, ahora, las primeras imputaciones. Todas las pruebas indican que el Gobierno ruso no solo trató de influir en las elecciones de Estados Unidos sino en muchas más del mundo occidental, y, sin embargo, Rusia sigue negándolo y Trump ha dicho que es una “caza de brujas”. (Leer en EsGlobal)