Las tropas de combate estadounidenses ya han marchado de Irak y es el momento adecuado para reflejar en la opinión publica y la decisión de entrar en este guerra errónea, tanto la del pueblo estadounidense como del pueblo español. El viernes comenté en el Debate Internacional en El País:

El fin de una guerra en que nunca deberíamos haber entrado me hace reflejar en como la opinión publica influye estas decisiones y la realidad de que mi país es mucho mas conservador que los países Europeos. En 2003 72% de los Americanos dijeron que el uso de la fuerza militar en Iraq era la decisión adecuada, según a Pew. Ahora solamente 48% están de acuerdo. Es importante notar que, a pesar de que yo de estoy ni estaba de acuerdo personalmente, el Presidente Bush tenía el apoyo del pueblo Americano. En cambio, aquí en España, 90% del pueblo estaba en contra de apoyar a la guerra con tropas españolas, pero el Presidente Aznar, tuvo una mayoría absoluta y tomó su decisión. Algo que me asombraba entonces. ¿Somos más bélicas los estadounidenses? Quizás, pero Bush no pudiera haber entrado en esta guerra con 90% del pueblo en contra.

Se podría discutir cual es menos democrática: entrar una guerra en contra de la gran mayoría del pueblo de su país o “venderla” a través de los medios, pero para entenderlo hace falta que considerar los estructuras institucionales de cada país. El sistema de gobierno estadounidense es presidencial, y aunque el presidente de EEUU quizás tenga mas protagonismo que el presidente de España, tiene menos poder por los famosos “pesos y contrapesos” entre los tres ramos del gobierno. Tiene que convencer al Congreso y incluso a los congresistas de su propio partido, porque ellos son elegidos directamente por sus circunscripciónes, no por el presidente. Entonces, aunque existe mayorías importantes no hay el equivalente al mayoría absoluta que una elección puede producir aquí en España.

Como la guerra de Irak fue “vendido” a través de los medios a los ciudadanos estadounidenses es lo que explica Josh Rushing, periodista de Al Jazeera y antiguamente un portavoz del ejercito estadounidense que salio en el documental The Control Room, en su reportaje contundente “El Arte de Vender la Guerra” en 2007. También sirvió para que él pudiera explicar su propio papel equivocado en vender la guerra de Irak. Explica los claves de vender una guerra:

• Demonizar al enemigo (típicamente comparandele a Hitler)
• El enemigo es el agresor 
• Hay que proteger la libertad y nuestros ciudadanos en el extranjero
• El guerrero reacio (no queremos ir a la guerra pero tenemos una responsabilidad)
• Si no luchamos contra ellos en su país, tendremos una lucha aquí en nuestra tierra
• El vendedor es tan importante como el argumento
• Nosotros luchamos de forma humano (algo que Wikileaks luego contrarrestado)
• El uso de agencias de publicidad

Hacia el final del reportaje, Norman Solomon, autor de “La guerra hecho fácil,” ofrece una resumen condenatoria: “Cuando una guerra puede soportar la luz del día, el presidente no tendría que participar en todo este spin y verdades a medias y el engaño al pueblo estadounidense.”

La caída de la estatua de Saddam Hussein es otro ejemplo de la manipulación de o en los medios para vender la guerra. Esos dos videos cuentan dos historias muy distintas. Primero, lo de Fox, en que vemos la caída del estatua, una muestra muy simbólica de la caída del malo y el triunfo del pueblo Iraki, con el apoyo de EEUU, por supuesto:

Y segundo lo de Keith Olbermann en MSNBC, que nos cuenta sobre el departamento de operaciones psicológicas (PSYOP) del ejercito estadounidense que busca “objetivos de oportunidad” para explotar en la venta de la guerra:

 
Estoy con Solomom, si hace falta vender una guerra, probablemente es una guerra equivocada. Vender una guerra a través de manipulación o entrar en una guerra completamente al contrario de opinión publica son dos actos indignantes y me cuesta decidir cual es peor.

Es necesario una ciudadanía bien informada y critica.  Es necesario organizaciones de investigación como Wikileaks. Es necesario los medios independientes de verdad que no forman parte de los multinacionales.